Funciones vitales de las vitaminas

Todas las actividades cotidianas de los seres vivos son posibles gracias a reacciones químicas que producen energía o sintetizan tejidos o sustancias vitales para ellos.

Estas reacciones se inician y se aceleran mediante la presencia de las encimas. Una encima específica facilita una reacción específica. Las vitaminas funcionan como componentes de sistemas encimáticos. El hecho de que sólo se necesiten cantidades pequeñas de vitaminas se debe a que las encimas no se consumen en las reacciones que promueven. Por eso es innecesario tomar vitaminas extra cuando la dieta que llevamos contiene ya las suficientes.
Además de las vitaminas que ingerimos con la comida -o que consumimos en forma de suplementos- hay ciertas bacterias intestinales que sintetizan vitaminas de forma que el cuerpo pueda absorberlas a través de la pared intestinal. La capacidad de síntesis de las vitaminas varía según las diversas especies animales. Las ratas pueden sintetizar la vitamina C, aunque no les sea necesaria en su dieta. Por contraste, el hombre, los monos y los conejos de indias necesitan tomar vitaminas de fuentes externas. Sin embargo, el hombre no suele precisar vitamina K -factor coagulante anfihemorrágico- porque sus microorganismos intestinales la pueden sintetizar.
La teoría de las vitaminas la originó el bioquímico polaco Casimir Funk, en 1911. Al creer que había aislado la sustancia pura anfiberiberi, la llamó vitamina, suponiendo que era una “amina” esencial para la vida. La evidencia demostró que existían bastantes más vitaminas, y que todas no eran “aminas”, aun que su nombre persistió para siempre.

Las vitaminas se dividen en dos clases, las que se disuelven en el agua y las solubles en la grasa. Estas últimas incluyen las Vitaminas A, D, E y K, y las primeras la vitamina C y el grupo de las B. La distinción entre ambos conjuntos es importante porque puede haber deficiencias de vitaminas solubles en grasa en determinados problemas relacionados con la digestión de la grasa, mientras que las vitaminas solubles en el agua no suelen presentar dificultades de asimilación. Un hecho a tener en cuenta es que las vitaminas solubles en la grasa -A, D, E, K- se acumulan en el hígado, por lo que ingerirlas en exceso puede llegar a convertirse en peligroso y nocivo. Sin embargo, las reservas de vitaminas solubles en el agua son insignificantes y tienen que tomarse con regularidad en nuestra dieta o, en casos de falta, mediante la ingestión en forma de suplementos vitamínicos.

Para que nuestro cuerpo esté en todo momento con las reservas de vitaminas necesarias evitan muchas enfermedades, retrasan el envejecimiento, ayudan a recuperarnos y potencian nuestra vitalidad debemos saber, por encima siquiera, cuáles son los síntomas de su carencia y conocer la manera de administrarlas en nuentras comidas.

Saludos!!